lunes, 28 de febrero de 2011

LAS AUTORIDADES SANITARIAS NO ADVIERTEN DE QUE EL HUMO DE LOS COCHES MATA MUCHO MÁS QUE EL DE LOS CIGARRILLOS

Prohibido respirar

Dicen que velan por nuestra salud. Lo demuestran prohibiéndonos fumar en recintos públicos y laborales. Pero si esa preocupación por nuestro bienestar es cierta, hay algo que no me cuadra. ¿Por qué se persigue con tanta dedicación el humo del fumador y con tan poca el humo del conductor? Por los votos, claro. Perseguir a un fumador da votos. Perseguir a un conductor, los quita.
No se dan cuenta, sin embargo, de que el humo de los coches sí que quita votantes. De hecho, los fulmina, los envía directos al más allá, donde creo que aún no existe el voto por correo. Europa pierde entre 11.000 y 16.000 votantes al año por culpa de la contaminación , según datos de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica . El coche mata cinco veces más por el tubo de escape que por los accidentes. Pero todas las medidas de tráfico van encaminadas a que la gente conduzca con más prudencia, nunca a que la gente deje de conducir. Llamativo.
También lo son las cifras. Mueren diez veces más personas por culpa de la contaminación que por accidentes laborales. Además, las partículas en suspensión son responsables de patologías respiratorias, alergias, enfermedades respiratorias en niños, pérdida de función pulmonar e incluso cáncer de pulmón. Sin embargo, a los coches no les obligan a llevar un letrero que diga: “las autoridades sanitarias advierten de que el humo de los coches mata mucho más que el de los cigarrillos”. Llamativo también.
Hace semana y media en Madrid y Barcelona la contaminación alcanzó cotas alarmantes. Se respiraba mal, te picaban los ojos, estornudabas con frecuencia y la gente empezó a llevar mascarillas. La respuesta del alcalde de Madrid ante el problema fue contundente. Dijo que la capital tiene uno de los mejores aires de los últimos años. Tiene toda la razón. La nube gris que cubría el cielo de Madrid no era contaminación. Era una nube de tontuna política que nos impedía ver el cielo. Además el alcalde presumió de ser el único político con coche oficial híbrido. Si lo que quiere es presumir, que presuma de ir en metro.
Afortunadamente, su responsable de Medio Ambiente, la señora Ana Botella, tuvo una respuesta mucho más ingeniosa: “Ahoga más el paro”. Ahogar, ahogan más los políticos incompetentes. Esto es lo que pasa cuando le encargas la gestión del medio ambiente a alguien que no diferencia las peras de las manzanas. En fin, lástima que no todas las botellas sean reciclables.
Pero no creáis que la atmósfera política es más limpia en Barcelona. Allí, el alcalde socialista anunció que no limitará el tráfico y su concejala de medio ambiente descartó la posibilidad de restringir el acceso de vehículos al centro. Esto es como decir que descartó hacer su trabajo. O que descartó cuidar de la salud de los ciudadanos. Y eso que es de Iniciativa Per Catalunya Els Verts. De los verdes. Es lo que tiene la contaminación: que le nubla a uno hasta las ideas.
La solución al problema de la contaminación la dio el consistorio madrileño. Recomendó a los ciudadanos no hacer deporte al aire libre. Debería haber recomendado que lo hicieran en los bares, donde el aire está limpio y se puede practicar la barra fija. Como le decía el otro día una chica a una señora que la miró con mala cara porque estaba fumando junto a una parada de autobús: “señora, si quiere aire limpio, váyase a un bar”.
Yo iría más lejos en las medidas. Prohibiría a la gente salir a la calle, excepto si vas en coche. Y en caso de hacerlo a pie, prohibiría respirar. Y en caso de respirar, prohibiría toser, estornudar y sentir picor de ojos. Y en caso de sentir todos estos síntomas, prohibiría enfermar. Y en última instancia, prohibiría que los ciudadanos tuvieran cáncer.
Y por último prohibiría la expresión “aire libre”: el aire no es libre, es de los conductores.

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