lunes, 15 de diciembre de 2014

Mientras escribo un libro futuro II


El otro día le enseñé los poemas a mi madre, y aunque sé que no se tendrá por una opinión objetiva, le gustaron. Aún así, sigo con mayor confianza, puesto que era probablemente la opinión crítica que más me importaba...  

     Los ojos se le iluminaron cuando leyó los poemas dedicados al cortijo donde nació; el breve paraíso donde transcurrieron sus primeros años; la cólera de mi abuelo con el cura, cuando este se negaba a tocar las campanas por el fallecimiento de mi abuela (después de haberle cerrado el cine a mi abuelo con sus sermones "puritanos"); el tierno recuerdo de las justas donde mi madre fue una vez "la más disputada campesina"... Y lloró (también a mí se me nublaron los ojos) con los poemas dedicados al recuerdo de mi padre...

     Por lo demás, ahí voy, documentándome, alimentando la inspiración. Corrigiendo los poemas, terminando de retocar las imágenes, que recorto, ecualizo, paso a blanco y negro, aplico filtros, etc. Tengo también un par de sesiones musicales con el saxo, a pelo, en el túnel donde suelo ensayar. A ver si hace un poco menos de frío para seguir.

     (Sobre los poemas que me traje de mi pasada estancia en Almería, en el pueblo donde nací. La idea es acompañarlos de música e imágenes, tal como explico en los enlaces):





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