martes, 24 de noviembre de 2015

El tejón de la miel


Ayer, adormecido con un documental de animalicos, desperté de repente de la siesta: se trataba del "tejón de la miel", un poco (pero sólo un poco) menos desagradable que el demonio de tasmania. El tío, eso sí, es inteligente y valiente a la vez: le muerde a cualquiera que se ponga a su alcance, independientemente del tamaño o el número: elefantes, hienas, rinocerontes, jirafas, y por supuesto, humanos, esos pardillos. Pero esto despistará de lo que quería explicar. La imagen que me despertó era esta: el tejón de la miel (se llama así porque, por lo visto, es también una pesadilla para los apicultores) había sido picado por una serpiente venenosa extremadamente peligrosa. Pues bien, el animalito, cuando esto le sucede, se hecha a dormir y al cabo de un rato (esto resulta inexplicable para los científicos) despierta completamente curado.
     Bien, segunda parte. Por la noche me pasé por uno de esos micros oberts y en fin, no pude evitar una cierta sensación de “Club de la Comedia”, o así. Después, ya en casa (joder hacía frío en la moto, de regreso), mientras leía antes de dormir, la cabeza me empezó a dar vueltas. Pensé cosas como que la cultura no podía permitirse (como tantas cosas en nombre del liberalismo y del mercado), desproveerse de “veneno”. Tenemos la obligación de picar a los lectores o espectadores, de envenenarlos con argumentos, tramas, temas que revistan la complejidad y la profundidad necesaria, paralela por otra parte a la profundidad, la complejidad, la perversidad del mundo, de la época que nos ha tocado vivir. Necesitamos también, por otra parte, lectores que no hagan como el jodido tejón de la miel: que se adormezcan para evitar que el veneno del sentido crítico, de la profundidad, de la belleza (no la “dermoestética”) circule por sus arterias ordenadamente canalizadas y dirigidas por la propaganda oficial (de los media o de los supermercados culturales). Sí, pensé, tenemos que trabajar para conseguir ambas cosas. Hay mucho por hacer...

+José Icaria

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