jueves, 30 de marzo de 2017

Por quién doblan las campanas



Nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti.

Tengamos vulva o tengamos pene, invariablemente estamos hasta los cojones y hasta los ovarios de vosotros, malditos sinvergüenzas, garrapatas, que lleváis media docena de siglos viviendo de nosotros, estigmatizándonos con los fundamentalismos religiosos o de mercado. 

     Debería daros vergüenza, que os hemos pagado hasta la droga o las prostitutas. Aprended un oficio y vivid con la mierda de sueldo que habéis asignado, o largaos a Suiza de una puta vez con vuestro querido dinero y dejadnos por fin en paz. 

     Eta ha depuesto ya las armas, pero aún no habéis depuesto el odio vosotros. El odio que atraviesa lo más negro de nuestra historia. Dejad ya de invocar el terrorismo, o invocaremos, nosotros que tenemos más muertos en las cunetas que nadie, el terrorismo de estado. 

     Dejad libre a Cassandra, o meted en la cárcel a los vividores (o mejor, haced ambas cosas), los auténticos causantes de la crisis (Ratos, Blesas, Bárcenas, Infantas, Urdangarines, Pujoles, Milletes, Prenafretas, banqueros, consejeros de administración de las cajas, y también, por supuesto, los corruptores, muchos de ellos, herederos directos de la dictaDura, cuyas pifias también pagamos, y que viva el capitalismo, pero asume tú el riesgo), a los que paseais por los tribunales y tratais tan bien en los juicios, ¿se encuentra bien?, avíseme si se encuentra atosigado con mis preguntas.

     En mi opinión, debería haber una respuesta firme de la sociedad civil frente al atropello que está suponiendo este auténtico atentado a la libertad de expresión, perpetrado tras décadas de latrocinio y extorsión, crímenes que, por lo que parece, no sólo quedarán, como de costumbre, impunes, sino que siguen acaeciendo con toda normalidad.

@jose.icaria

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias. Ya le llamaremos.